lunes, 26 de julio de 2010

CUENTOS

SOLIDARIDAD
“Llevadera el la labor cuando muchos comparten la fatiga” -Homero LOS HIJOS DEL
LABRADOR
Los dos hijos de un labrador no hacían más que pelearse. Peleaban por cosas sin importancia, como a quién le correspondía el turno de manejar el arado, cuál era el más rápido para limpiar los surcos, quién era el mejor montando a caballo, etc. Cada vez que peleaban dejaban de hablarse, y eran tan tercos y orgullosos que se negaban a cumplir con sus deberes con tal de demostrarse entre sí lo necesarios e imprescindibles que eran. El resultado de estas frecuentes peleas era que la hacienda se quedaba sin quien la trabajara y cuidara de ella, con el gran riesgo que esto suponía. Para ponerle fin a esta situación, el labrador, que era un hombre inteligente y sabía que sus hijos no atendían a discursos, decidió darles una buena lección. -Vayan al potrero que queda cerca del bosque, recojan todos los leños que encuentren y tráiganlos aquí – les ordenó. Los muchachos obedecieron a regañadientes, y una vez en el potrero, empezaron a competir para ver quién recogía más leños, lo que dio lugar a otra pelea. Cuando estuvieron nuevamente ante su padre, éste les dijo: -Junten todos los leños y amárrenlos fuertemente con esta cuerda. Los muchachos hicieron lo que su padre les pidió. -Veamos ahora quién es el más fuerte de los dos. Traten de partir este haz de leña. Los hijos del labrador se dedicaron a ello con feroz empeño, poniendo los pies sobre el haz y jalando con todas sus fuerzas, primero por turnos y luego los dos juntos, y no pudieron partirlo por más que lo intentaron. Derrotados, le declararon a su padre que esto era imposible. -Desaten el haz y traten ahora de partir los leños uno por uno -Les pidió. No les costó mucho trabajo cumplir esta orden. A los pocos minutos todos los leños estaban partidos. -Lo mismo que les acaba de pasar a estos débiles leños nos puede pasar a cualquiera de nosotros si nos separamos. La discordia no conviene cuando se trabaja por una misma causa. Si nos unimos, en cambio, seremos muy fuertes y resistentes y nadie podrá hacernos daño con facilidad – sentenció el labrador, con una sonrisa de satisfacción en los labios. Esta fábula enseña que la unión nos hace tan fuertes como débiles la desunión.
LIBERTAD
“La verdadera Libertad consiste en el dominio absoluto de sí mismo” -Miguel de Montaigne. La leyenda de Guillermo Tell.
Hace unos 7 años, la bella y montañosa Suiza sufría la tiranía de un hombre llamado Gessler, a quien el emperador de Alemania, luego de invadir con sus soldados el país, había designado como gobernador. Una vez posesionado de su cargo, Gessler dictó una serie de leyes muy humillantes para los suizos. La más odiosa de todas los obligaba a hacer una reverencia ante un poste que se alzaba en la plaza de todos los pueblos y ciudades, y en cuya parte más alta se veía un gorro del gobernador. Los suizos estaban indignados, pero también atemorizados, pues Gessler era un hombre cruel que no vacilaba en condenar a muerte o encerrar en oscuras mazmorras a los rebeldes. Fue entonces cuando se oyó hablar de un leñador llamado Guillermo Tell, oriundo del Lago de los Cuatro Cantores, en las altas montañas, y tan hábil en el manejo del hacha como en el de la ballesta. Se decía que no fallaba un solo dispar. Decidido a combatir al tirado, Guillermo Tell reunió un pequeño ejercito de hombres con el que perseguía y enfrentaba a los soldados de Gessler. El valor que demostaba en las escaramuzas lo convirtió rápidamente en símbolo de independencia y sus compatriotas empezaron a apoyarlo. Un día, de paso por un pueblo acompañado de Gualterio, su pequeño hijo, Tell se negó a inclinarse ante el poste con el gorro. Cuando los soldados de Gessler quisieron obligarlo, les respondió: -sólo debo respeto a la libertad Tomado prisionero, fue llevado ante Gessler, quien le dijo: -En vista de que amas tu libertad y eres tan bueno con la ballesta, te propongo un trato. Si atraviesas con una flecha esta manzana a una distancia de cincuenta pasos, te dejaré libre. : LIBERTAD. (del latín libertas, libertáis. Libertad, franqueza, permiso.). facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. SIGNIFICADO DE LIBERTAD. La libertad es la posibilidad que tenemos de decidir por nosotros mismo cómo actuar en las diferentes situaciones que se nos presentan en la vida. El que es libre elige, entre determinar opciones, la o las que le parecen mejores o más convenientes, tanto para su propio bienestar como el de los demás o el de la sociedad en general. Las personas libres piensan muy bien lo que van a hacer antes de decidirse a actuar de una u otra manera, pues saben que la libertad no es sinónimo de hacer “lo que se nos dé la gana”, y que la mayoría de nuestros actos tienen consecuencias buenas o malas, dependiendo del grado de responsabilidad con el actuamos.
Guillermo pensó que la cosa sería fácil, pero no contaba con la perversidad de Gessler, quien añadió enseguida que la manzana sería colocada en la cabeza de su hijo Gualterio. Aterrado, Guillermo estuvo a punto de decir que prefería la prisión e incluso la muerte a correr el riesgo de matar a Gualterio, pero el niño avanzó hacia él y le dijo -Ten confianza, padre. Si atraviesas la manzana seremos libres. No fallarás-. Y el mismo niño se puso la manzana en la cabeza, luego de ser llevado por los hombres de Gessler a la distancia convenida. Todos los habitantes del pueblo se agolparon en la plaza, presas de la más terrible expectación. Hubo un silencio de muerte mientras Guillermo apuntó su ballesta y disparó. La fecha dio justo en el centro de manzana y la multitud estalló en gritos de júbilo y admiración. Ni el mismo Gessler lo podía creer.......
AGRADECIMIENTO
“Sólo un exceso es recomendable en el mundo: el exceso de gratitud” -Tena de la Bruyére. El León y el Ratón. Luego de una dura jornada de caza, un león se echo a descansar debajo de un árbol. Cuando se estaba quedando dormido, unos ratones se pusieron a jugar a su alrededor. De pronto, al más travieso le dio por esconderse entre la melena del león, con tan mala suerte que lo despertó. Muy malhumorado, el león agarró al ratón entre sus garras. -¡Cómo te atreves a perturbar mi sueño, bicho miserable?. ¡Voy a darte tu merecido!-rugió abriendo de par en par sus enormes mandíbulas, dispuesto a engullirse al ratoncito de un solo mordisco. -por favor no me mates, león. Yo no quería molestarte. Si m dejas ir, te estaré eternamente agradecido-alcanzo a decir el pequeño roedor, tan tembloroso de miedo que al león le pareció cómico, y hasta simpático. -¡ja, ja, ja!-se carcajeó de buena gana el león.-¡una pequeña cosa como tú ayudándome! ¡no me hagas reír! –pero la pequeñez del ratón y su miedo a se comido lo conmovieron y terminó dejándolo ir. AGRADECER. (del latín gratus. Grato, agradable, agradecido.). sentir gratitud. Mostrar gratitud o dar las gracias. SIGNIFICADO DE
AGRADECIMIENTO:
El agradecimiento surge cuando una persona se siento en deuda con otra porque le ha procurado algún bien, le ha prestado un servicio o le ha hecho un regalo. Las personas agradecidas se alegran por los bienes recibidos, los reconocen y están dispuestas a corresponderlos. No se trata de devolver favor con favor ni regalo , sino de sentir y expresar admiración y gratitud por las calidades humanas de quienes nos honrar con sus dones. Cada uno tiene siempre que agradecer, y cuidad lo recibido es una forma de hacer evidente nuestro reconocimiento. Entre los bienes que más agradece el hombre se encuentra en la vida, la salud, la amistad, la lealtad y las enseñanzas de sus antecesores La gratitud y el reconocimiento son los mejores regalos que puede recibir una persona en cual época y lugar del mundo.
OBSTÁCULOS PARA EL AGRADECIMIENTO.
La vanidad, que impide a muchos reconocer el aporte de los demás en sus propios logros. La costumbre de encontrarle defectos a otros, que lleva a desconocer, por detalles sin importancia, lo valioso de un esfuerzo o los méritos de un trabajo bien hecho. Semanas más tarde, el león cayó en la red de unos cazadores ilegales. Su regido de angustia resonó por la selva entera y llego a oídos del pequeño ratón, el cual, sin pensarlo dos veces, corrió en su ayuda. La verlo, el león le dijo: -hola amiguito, ¡qué alegría verte! Mira la situación en que me encuentro. Pronto vendrán los cazadores y me matarán. -No me preocupes, león, tú me dejaste vivir, y eso es algo que no se olvida. Apenas dijo eso, cortó con sus pequeñas y afilados dientes el nudo de la red que apresaba al león y lo dejo libre. La envidia y el resentimiento, que hacen tomar como ofensa las bondades recibidas de los otros. La falta de humildad y de grandeza, que hacen ver el agradecimiento como un a muestra de debilidad. Representantes

lunes, 19 de julio de 2010

los antivalores


Así como hay una escala de valores morales también la hay de valores inmorales o antivalores. La deshonestidad, la injusticia, la intransigencia, la intolerancia, la traición, el egoísmo, la irresponsabilidad, la indiferencia, son ejemplos de esto antivalores que rigen la conducta de las personas inmorales. Una persona inmoral es aquella que se coloca frente a la tabla de los valores en actitud negativa, para rechazarlos o violarlos. Es lo que llamamos una “persona sin escrúpulos”, fría, calculadora, insensible al entorno social.
El camino de los antivalores es a todas luces equivocado porque no solo nos deshumaniza y nos degrada, sino que nos hace merecedores del desprecio, la desconfianza y el rechazo por parte de nuestros semejantes, cuando no del castigo por parte de la sociedad.

¿para que nos sirven los valores?


Los valores morales son los que orientan nuestra conducta, con base en ellos decidimos cómo actuar ante las diferentes situaciones que nos plantea la vida. Tienen que ver principalmente con los efectos que tiene lo que hacemos en las otras personas, en la sociedad o en nuestro medio ambiente en general. De manera que si deseamos vivir en paz y ser felices, debemos construir entre todos una escala de valores que facilite nuestro crecimiento individual para que, a través de él, aportemos lo mejor de nosotros a una comunidad que también tendrá mucho para darnos.
Son, pues tan humanos los valores, tan necesarios, tan deseables, que lo más natural es que queramos vivirlos, hacerlos nuestros, defenderlos en donde estén en peligro o inculcarlos en donde no existan. En este punto es donde intervienen la moral y la ética.

clacificación de los valores





Clasificación de los ValoresLa palabra valor viene del latín valor, valere (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte). Cuando decimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno de aprecio y estimación. En el campo de la ética y la moral, los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea. En un paisaje (un paisaje hermoso), en una persona (una persona honesta), en una sociedad (una sociedad tolerante), en un sistema político (un sistema político justo), en una acción realizada por alguien (una acción buena), en una empresa (organización responsable), y así sucesivamente.
Aunque son complejos y de varias clases, todos los valores coinciden en que tienen como fin último mejorar la calidad de nuestra vida. La clasificaciónmás extendida es la siguiente:
1. Valores biológicos Traen como consecuencia la salud, y se cultivan mediante la educación física e higiénica.
2. Valores sensibles Conducen al placer, la alegría, el esparcimiento.
3. Valores económicos Proporcionan todo lo que nos es útil; son valores de uso y de cambio.
4. Valores estéticos Nos muestran la belleza en todas sus formas.
5. Valores intelectuales Nos hacen apreciar la verdad y el conocimiento.
6. Valores religiosos Nos permiten alcanzar la dimensión de lo sagrado.
7. Valores morales Su práctica nos acerca a la bondad, la justicia, la libertad, la honestidad, la
tolerancia, la responsabilidad, la solidaridad, el agradecimiento, la lealtad, la amistad y la paz, entre otros.
De la anterior tabla, los más importantes son, sin duda, los valores morales, ya que estos les dan sentido y mérito a los demás. De poco sirve tener muy buena salud, ser muy creyente o muy inteligente o vivir rodeado de comodidades y objetos bellos, si no se es justo, bueno, tolerante u honesto, si se es unamala persona, un elemento dañino para la sociedad, con quien la convivencia es muy difícil. La falta de valores morales en los seres humanos es un asuntolamentable y...
La Familia: Cuando hablamos de familia hacemos referencia a un grupo humano que convive y comparte un mismo espacio. De esta forma, se hace explícita la importancia de la manutención, el respeto, los cuidados y la educación de todos sus miembros. En este sentido, el objetivo es descubrir la esencia que hace a la familia el lugar ideal para forjar los valores, y de esta forma, alcanzar un modo de vida más humano y tolerante, que luego será transmitido a la sociedad entera.
Lo que hay que tener en cuenta es que, el valor de la familia no reside solamente en aquellos encuentros habituales que se gestan en su seno, así como los momentos de alegría y la resolución de problemas cotidianos. El valor nace y se desarrolla cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad y alegría el papel que le ha tocado desempeñar en la familia, procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de todos los demás.
Esto demuestra que formar y llevar una familia por un camino de superación permanente no es una tarea sencilla. Por el contrario, la vida actual y sus exigencias pueden dificultar la colaboración y la interacción. Las razones de ello se encuentran en que muchas veces ambos padres trabajan. Ante esta situación, es necesario dar orden y prioridad a todas nuestras obligaciones y aprender a vivir con ellas. Debemos olvidar que cada miembro cumple con una tarea específica y un tanto aislada de los demás: papá trabaja y trae dinero, mamá cuida hijos y mantiene la casa en buen estado, los hijos estudian y deben obedecer.
Es necesario reflexionar que el valor de la familia se basa fundamentalmente en la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en condiciones de transmitirlos y enseñarlos. En un ambiente de alegría toda fatiga y esfuerzo se aligeran, lo que hace ver la responsabilidad no como una carga, sino como una entrega gustosa en beneficio de nuestros seres más queridos y cercanos.
Lo primero que debemos resolver en una familia es el egoísmo: mi tiempo, mi trabajo, mi diversión, mis gustos, mi descanso... si todos esperan comprensión y cuidados ¿quién tendrá la iniciativa de servir a los demás? Si papá llega y se acomoda como sultán, mamá se encierra en su habitación, o en definitiva ninguno de los dos está disponible, no se puede pretender que los hijos entiendan que deben ayudar, conversar y compartir tiempo con los demás.
La generosidad nos hace superar el cansancio para escuchar los problemas de los niños (o jóvenes) que para los adultos tienen poca importancia; dedicar un tiempo especial para jugar, conversar o salir de paseo con todos el fin de semana; la salida a cenar o al cine cada mes con el cónyuge... La unión familiar no se plasma en una fotografía, se va tejiendo todos los días con pequeños detalles de cariño y atención, sólo así demostramos un auténtico interés por cada una de las personas que viven con nosotros.
Otra idea fundamental es que en casa todos son importantes, nadie es mejor o superior. Se valora el esfuerzo y dedicación puestos en el trabajo, el estudio y la ayuda en casa, más que la perfección de los resultados obtenidos; se tiene el empeño por servir a quien haga falta, para que aprenda y mejore; participamos de las alegrías y fracasos, del mismo modo como lo haríamos con un amigo... Saberse apreciado, respetado y comprendido, favorece a la autoestima, mejora la convivencia y fomenta el espíritu de servicio.
Sería utópico pensar que la convivencia cotidiana estuviera exenta de diferencias, desacuerdos y pequeñas discusiones. La solución no está en demostrar quien manda o tiene la razón, sino en mostrar que somos comprensivos y tenemos autodominio para controlar los disgustos y el mal genio, en vez de entrar en una discusión donde, por lo general, nadie queda del todo convencido. Todo conflicto cuyo resultado es desfavorable para cualquiera de las partes, disminuye la comunicación y la convivencia, hasta que poco a poco la alegría se va alejando del hogar.
Cabria recalcar que los valores se viven en el hogar y se transmiten a los demás como una forma de vida, en otras palabras, dando el ejemplo. En este sentido, la acción de los padres resulta fundamental, pero los niños y jóvenes -con ese sentido común tan característico- pueden dar verdaderas lecciones de cómo vivirlos en los más mínimos detalles.
Ello puede verse


LA PUNTUALIDAD
El valor que se construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado.
El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar.
El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de confianza.
La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la escasa o nula organización de nuestro tiempo, de planeación en nuestras actividades, y por supuesto de una agenda, pero, ¿qué hay detrás de todo esto?
Muchas veces la impuntualidad nace del interés que despierta en nosotros una actividad, por ejemplo, es más atractivo para un joven charlar con los amigos que llegar a tiempo a las clases; para otros es preferible hacer una larga sobremesa y retrasar la llegada a la oficina. El resultado de vivir de acuerdo a nuestros gustos, es la pérdida de formalidad en nuestro actuar y poco a poco se reafirma el vicio de llegar tarde.
En este mismo sentido podríamos añadir la importancia que tiene para nosotros un evento, si tenemos una entrevista para solicitar empleo, la reunión para cerrar un negocio o la cita con el director del centro de estudios, hacemos hasta lo imposible para estar a tiempo; pero si es el amigo de siempre, la reunión donde estarán personas que no frecuentamos y conocemos poco, o la persona –según nosotros- representa poca importancia, hacemos lo posible por no estar a tiempo, ¿qué mas da...?
Para ser puntual primeramente debemos ser conscientes que toda persona, evento, reunión, actividad o cita tiene un grado particular de importancia. Nuestra palabra debería ser el sinónimo de garantía para contar con nuestra presencia en el momento preciso y necesario.
Otro factor que obstaculiza la vivencia de este valor, y es poco visible, se da precisamente en nuestro interior: imaginamos, recordamos, recreamos y supuestamente pensamos cosas diversas a la hora del baño, mientras descansamos un poco en el sofá, cuando pasamos al supermercado a comprar "sólo lo que hace falta", en el pequeño receso que nos damos en la oficina o entre clases... pero en realidad el tiempo pasa tan de prisa, que cuando "despertamos" y por equivocación observamos la hora, es poco lo que se puede hacer para remediar el descuido.
Un aspecto importante de la puntualidad, es concentrarse en la actividad que estamos realizando, procurando mantener nuestra atención para no divagar y aprovechar mejor el tiempo. Para corregir esto, es de gran utilidad programar la alarma de nuestro reloj o computadora (ordenador), pedirle a un familiar o compañero que nos recuerde la hora (algunas veces para no ser molesto y dependiente), etc., porque es necesario poner un remedio inmediato, de otra forma, imposible.
Lo más grave de todo esto, es encontrar a personas que sienten "distinguirse" por su impuntualidad, llegar tarde es una forma de llamar la atención, ¿falta de seguridad y de carácter? Por otra parte algunos lo han dicho: "si quieren, que me esperen", "para qué llegar a tiempo, si...", "no pasa nada...", "es lo mismo siempre". Estas y otras actitudes son el reflejo del poco respeto, ya no digamos aprecio, que sentimos por las personas, su tiempo y sus actividades
Para la persona impuntual los pretextos y justificaciones están agotados, nadie cree en ellos, ¿no es tiempo de hacer algo para cambiar esta actitud? Por el contrario, cada vez que alguien se retrasa de forma extraordinaria, llama la atención y es sujeto de toda credibilidad por su responsabilidad, constancia y sinceridad, pues seguramente algún contratiempo importante ocurrió..
Podemos pensar que el hacerse de una agenda y solicitar ayuda, basta para corregir nuestra situación y por supuesto que nos facilita un poco la vida, pero además de encontrar las causa que provocan nuestra impuntualidad (los ya mencionados: interés, importancia, distracción), se necesita voluntad para cortar a tiempo nuestras actividades, desde el descanso y el trabajo, hasta la reunión de amigos, lo cual supone un esfuerzo extra -sacrificio si se quiere llamar-, de otra manera poco a poco nos alejamos del objetivo.
La cuestión no es decir "quiero ser puntual desde mañana", lo cual sería retrasar una vez más algo, es hoy, en este momento y poniendo los medios que hagan falta para lograrlo: agenda, recordatorios, alarmas...
Para crecer y hacer más firme este valor en tu vida, puedes iniciar con estas sugerencias:
- Examínate y descubre las causas de tu impuntualidad: pereza, desorden, irresponsabilidad, olvido, etc.
- Establece un medio adecuado para solucionar la causa principal de tu problema (recordando que se necesita voluntad y sacrificio): Reducir distracciones y descansos a lo largo del día; levantarse más temprano para terminar tu arreglo personal con oportunidad; colocar el despertador más lejos...
- Aunque sea algo tedioso, elabora por escrito tu horario y plan de actividades del día siguiente. Si tienes muchas cosas que atender y te sirve poco, hazlo para los siguientes siete días. En lo sucesivo será más fácil incluir otros eventos y podrás calcular mejor tus posibilidades de cumplir con todo. Recuerda que con voluntad y sacrificio, lograrás tu propósito.
- Implementa un sistema de "alarmas" que te ayuden a tener noción del tiempo (no necesariamente sonoras) y cámbialas con regularidad para que no te acostumbres: usa el reloj en la otra mano; pide acompañar al compañero que entra y sale a tiempo; utiliza notas adheribles...
- Establece de manera correcta tus prioridades y dales el lugar adecuado, muy especialmente si tienes que hacer algo importante aunque no te guste.
Vivir el valor de la puntualidad es una forma de hacerle a los demás la vida más agradable, mejora nuestro orden y nos convierte en personas digna de confianza.

La Honestidad: La honestidad forma parte de aquellas cualidades mas gratas que puede poseer una persona, ella garantiza confianza, seguridad, respaldo, confidencia, integridad. Si alguna vez debemos hacer un listado de las cualidades que nos gustaría encontrar en las personas o mejor aún, que nos gustaría poseer, seguramente enunciaremos la Honestidad.
En este sentido, la honestidad es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el prójimo, que junto a la justicia, exige en dar a cada quien lo que le es debido. En nuestra vida encontramos a diario actitudes deshonestas como la hipocresía, alguien que aparenta una personalidad que no tiene para ganarse la estimación de los demás; o la mentira; el simular trabajar o estudiar para no recibir una llamada de atención de los padres o del jefe inmediato; el no guardar en confidencia algún asunto del que hemos hecho la promesa de no revelarlo; no cumpliendo con la palabra dada, los compromisos hechos y la infidelidad.
Ser deshonestos nos lleva a romper los lazos de amistad establecidos, en el trabajo, la familia y en el ambiente social en el que nos desenvolvemos. Incluso, la convivencia bajo estos parámetros se torna imposible, pues ésta no se da, si las personas somos incapaces de confiar unos en otros.
Ser honestos significa ser sinceros en todo lo que decimos y hacemos: fieles a las promesas hechas en el matrimonio, en la empresa o negocio en el que trabajamos y con las personas que participan de la misma labor; actuando justamente en el comercio y en las opiniones que damos respecto a los demás. Los que nos rodean esperan que nos comportemos de forma seria, correcta, justa, desinteresada, con espíritu de servicio, pues saben que siempre damos un poco más de lo esperado.
La honestidad puede convertirse en un valor que se viva cotidianamente con los demás, tratando de no perjudicar o herir susceptibilidades, lo cual se puede dar cuando les atribuimos defectos que no tienen o juzgando con ligereza su actuar; incluso, evitando sacar provecho u obtener algún beneficio a costa de sus debilidades o de su ignorancia; procurar no apropiarnos de aquella información importante para la empresa en que trabajamos, o de aquel problema que nos ha confiado nuestro paciente o cliente que ha solicitado nuestra ayuda; tratar de no generar discordia y malos entendidos entre las personas que conocemos; señalando con firmeza el grave error que se comete al hacer calumnias y difamaciones de quienes que no están presentes; devolviendo con oportunidad las cosas que no nos pertenecen y restituyendo todo aquello que de manera involuntaria o por descuido hayamos dañado..
Si realmente pretendemos ser honestos, debemos empezar por enfrentar y asumir con valor nuestros defectos, buscando aquella manera que resulte más eficaz para superarlos, llevando a cabo acciones que mejoren todo aquello que afecta a nuestra persona y como consecuencia, a nuestros semejantes. Ello supone aprender a rectificarnos ante un error y cumplir con nuestras labores grandes y pequeñas sin hacer distinción.
Si podemos gestar un ambiente cálido y confiable, sostenido por relaciones basadas en la honestidad, nos llevará a crecer como personas, espiritualmente, constituyéndonos en verdaderos hombres de bien.

valores eticos







Los valores éticos o morales son principios con respecto a los cuales las personas sienten un fuerte compromiso "de conciencia" y los emplean para juzgar lo adecuado de las conductas propias y ajenas. como por ejemplo: solidaridad, disciplina, generosidad, tolerancia, responsabilidad, honestidad, cooperacion.Los valores sociales es el componente principal para mantener buenas y armoniosas relaciones sociales. Como valores sociales podemos mencionar la paz, respeto, igualdad, fraternidad, solidaridad, dignidad, cooperación, honestidad, honradez, libertad, responsabilidad, amor, sinceridad.





Los valores éticos son estructuras de nuestro pensamiento que mantenemos preconfiguaradas en nuestro cerebro como especie humana de cara a nuestra supervivencia. Los valores éticos son medios adecuados para conseguir nuestras finalidad. Al hablar de valores es importante diferenciar entre los valores que podemos llamar finales y los valores de tipo instrumental. Los valores instrumentales son modos de conductas adecuados o necesarios para llegar a conseguir nuestras finalidades o valores existenciales. Los valores éticos se clasifican según diferentes puntos de vista. Considerando el nivel de mayor o menor incidencia social, hablamos de valores éticos públicos o cívicos y de valores éticos privados o personales. Justicia y bien son los valores fundamentales o básicos; todos los otros valores éticos no son sino concreciones de éstos. Los valores éticos se clasifican según diferentes puntos de vista. Considerando el nivel de mayor o menor incidencia social, hablamos de valores éticos públicos o cívicos y de valores éticos privados o personales. Justicia y bien son los valores fundamentales o básicos; todos los otros valores éticos no son sino concreciones de éstos.



Públicos o cívicos

-Igualdad

-Libertad

-Solidaridad

-Tolerancia o respeto activo

-Disposición al diálogo

-Respeto a la naturaleza

-Paz



Privados o personales



-Amistad

-Autenticidad

-Felicidad

-Placer

-Ternura

-Creatividad

-Profesionalidad.



LOS VALORES MORALES DESDE tiempos inmemoriales y antes de que los valores hayan sido objeto de estudio de alguna ciencia como la filosofía o la ética, los hombres hemos establecido criterios para calificar los actos humanos de acuerdo con las expresiones y costumbres, que varían de acuerdo al tiempo, el espacio geográfico o las circunstancias en que estos se desarrollen. Se puede valorar de acuerdo con criterios estéticos, esquemas sociales, costumbres, principios éticos o, en otros términos, por el costo, la utilidad, el bienestar, el placer, el prestigio; tanto para quien realiza el acto como para los que se ven afectados por dicho acto, positiva o negativamente. Los valores son fruto de cambios y transformaciones a lo largo de la historia. Surgen con un especial significado y cambian o desaparecen en las distintas épocas. Este concepto abarca contenidos y significados diferentes y ha sido abordado desde diversas perspectivas y teorías. En sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes o pautas que orientan el comportamiento humano. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y al comportamiento de cada individuo y de cada grupo social. La visión subjetivista considera que los valores no son reales, no valen en sí mismos, sino que son las personas quienes les otorgan un determinado valor, dependiendo del agrado o desagrado que producen. Desde esta perspectiva, los valores son subjetivos, dependen de la impresión personal del ser humano.